Estoy emocionada por la platica y entrevista que sostendré con un buen amigo esta semana. Cuando le comenté sobre los Ateteos (los duendes acuáticos del centro de México) me comentó que del pueblo de donde es su papá hay testimonios de personas que dicen haber visto estos seres. Así mismo me habló de los Tlaloques y de los Ahuaques, de estos últimos pudo derivar el Ateteo. Recordemos que en época prehispánica los niños pequeños eran sacrificados al dios Tlaloc (el dios del agua, los ríos, la lluvia).
Los espíritus de los niños sacrificados se dice se transformaban en los Tlaloques, entidades aéreas que provocaban las lluvias. Existe una derivación de esta leyenda en la que los Tlaloques de ayer hoy son fantasmas y seres vinculados al agua.
Pues bien, me preparo para recorrer con este buen amigo los misterios de la mitología mexicana tras los Ahuaques, los seres feéricos pluviales. El Ahuaque de lluvia y de los ríos nos trasporta al tiempo mágico. Muy probablemente en unos días este mostrando que encontré sobre este nuevo ser, este nuevo habitante del México mágico. Cabe señalar que mi amigo es profesor de la Universidad Iberoamericana y ambos tratamos el tema desde el folclor pero con la avidez y curiosidad que cualquier persona siente al toparse de frente con los mitos.
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