Mi abuela fue una bruja de ojos azules, piel extremadamente blanca y cabello dorado. Cuentan de ella que tenia la fuerza de dos hombres y un cuerpo de diosa. Desde pequeña la buscaban en su natal Guanajuato para curar y para hablar con los muertos. Amaba desde muy niña vivir de velorio en velorio pues hablaba con los muertos. Se especula de ancestros estadounidenses o tal vez irlandeces. Ahora mi hermano y yo documentamos fascinados sus relatos. Memorias de otros tiempos, de otras formas de vida en donde lo cotidiano parecía obra de un escritor de novelas de realismo mágico.
En este blog, desde una casa mágica, fantástica, donde su recuerdo habita, contaremos historia a través de la mirada de nuestros mayores, de su familia, siempre influida por su mágica presencia.
Habría que escribir las memorias de lo mágico desde una casa habitada por hadas y brujas
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