Cuando yo era niña solía tenerle mucho miedo a la oscuridad y a estar sola en algún cuarto de la casa donde vivía. Estos miedos se originaron en la convivencia con la hermana de mi madre, la cual gustaba de leer libros de parapsicología y contar todo el tiempo historias de espectros y aparecidos con los que supuestamente ella había tenido contacto. Ahora yo creo que esas historias eran exageraciones que la hacían sentir importante, pero para una niña que no tiene la capacidad ni las herramientas para enfrentar todo eso, esas historias me provocaban mucho miedo.
Aunado a mi fobia, mi madre era terriblemente exigente conmigo. Así mi infancia estuvo marcada por el miedo a mi madre y a la posibilidad de enfrentarme con algún fantasma o espectro.
Cuando tenía 11 años algo en mi cambió. Tal vez la resiliensia me dio una fuerza tremenda,y el notar mi altura muy superior a la del resto de los niños y las niñas me empoderó.
Me encantaba practicar tae kwon do y comencé a sentirme una gran atleta, el miedo a la oscuridad se fue y nació una "maquina de guerra". Mi madre entonces ya no pudo controlar a aquella puberta enfurecida que quería ser libre.
Una mañana mientras estudiaba en mi recamara para el examen de admisión a la secundaria pasó mi primer encuentro con lo extraño.
Estaba de espaldas estudiando en mi escritorio cuando de pronto percibí a mi lado que una enorme sombra pasaba. En la casa solo nos encontrábamos mi madre y yo. El ambiente se comenzó a sentir frío, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Así que me levanté y busque lo que esperaba fuera la presencia de mi madre en el cuarto continuo. Nadie se encontraba en la habitación donde segundos antes la sombra había entrado. A mi espalda percibí de nuevo la presencia, volteé y vi la sombra entrar al baño. Un impulso me hizo seguirla, pero al entrar al baño no había nadie.
Fui corriendo a buscar a mi madre a contarle lo experimentado, y ella notó mi exaltación.
Por supuesto como psicóloga buscaría dar a este encuentro una explicación lógica y científica. Pudiéndose explicar con estres infantil, con psicosis incluso, pero luego de exámenes psicológicos a los que me he sometido toda mi vida -como todos los psicólogos lo debemos hacer-, no había motivos que la ciencia convencional explicara más allá de mi imaginación.
Es entonces cuando para explicar estas presencias incorporo a la escena la psicología profunda.
La sombra es un arquetipo,y un arquetipo es un símbolo que está presente en todas las culturas, en todos los tiempos. Un objeto que en toda la humanidad representa lo mismo. El arquetipo de la sombra representa lo más oscuro del alma humana. Todos tenemos incorporado a nosotros un lado oscuro, un lado sombra. Todos tenemos odios secretos, sentimientos de rencor, deseos de lo prohibido, sentimientos de vergüenza. Todo ello se manifiesta en el símbolo de la sombra "nuestro lado oscuro". La manifestación de los entes sombra en el inconsciente colectivo bien podría deberse a la imaginación, pero entendida como la capacidad de manifestar los símbolos arquetipos y no como la capacidad de fantasear.
Los seres del mundo sutil están muy vinculados a los adolescentes por el momento de transición. Muy probablemente el ser sombra estaba vinculado a mi propia sombra, el lado negativo, lleno de miedos y vergüenza de mi propia vida.
Desde tiempos inmemoriales, desde el origen de la humanidad, la manifestación de fantasmas, sombras, espectros, hadas, duendes, siempre se ha asociado a momentos esporádicos en la vida de las personas. Hasta hace muy poco se les percibe como alucinaciones, pero a pesar de ello, se siguen manifestando, aun en presencia de la ciencia, de la psiquiatría, de la psicología y de los fármacos para evitar verlos.
Lo más interesante es que los testimonios provienen de gente sana y no de gente enferma. De gente pobre o rica, de gente culta e inculta, de niños o ancianos, hombres y mujeres. A veces los animales también son testigos, a veces los testigos se encuentran solos, aveces en compañía de otro que también es testigo.
Jung desde la psicología profunda explica esto como el universo de la mente colectiva. Como el lenguaje de símbolos que acompaña al ser humano desde el inicio de su historia.
Sin duda entrar al universo sutil es siempre apasionante, pero hay que hacerlo desde una perspectiva alejada del fanatismo. Nada más absurdo que dar por cierto lo que es de origen de naturaleza incierta. Basada en mi experiencia infantil, y en muchos casos de niños que han sido testigos de la presencia de los seres del mundo sutil, realizaré una serie de videos en los que hago mención de la relación de los seres del imaginario popular con los niños. No pongo en duda su existencia pues parto del enfoque junguiano que dice "si para el testigo el fenómeno es real, entonces el fenómeno es real".
También parto del marco teórico de la investigadora Antonella Faguetti y manifiesto que el ser humano es desde el origen de la humanidad un ser que manifiesta la necesidad de creer en lo mágico.
El animismo infantil como etapa de desarrollo demuestra también que lo mágico forma parte de la naturaleza humana. Así no heredamos las características culturales de la creencia en el orden mágico pero si la disposición a ello.
Les invito a adentrarnos en la mente infantil vinculada al mundo del imaginario popular, un tema apasionante que nos llevará a aprender de nuestra propia mente y les invito a ver el video que acompaña esta investigación.
https://www.youtube.com/watch?v=kI6bKaQ4dRc